miércoles, 23 de diciembre de 2009

cuento Sufi

Una mañana, muy temprano, un anciano observó a un niño pequeño que estaba en la playa recogiendo algo que había en el suelo y lanzándolo al mar. Al acercarse a mirar qué estaba haciendo exactamente se dió cuenta de que había miles de estrellas de mar que habían sido arrastradas por las olas hasta la arena de la playa. Al amanecer, cuando el sol saliera, la mayor parte de ellas morirían sin duda sobre la arena caliente. El niño estaba pacientemente recogiendo todas las que podía y devolviéndolas al mar.

El anciano se aproximo al niño y le dijo, «Hay miles y miles de estrellas en la arena. ¿Acaso vas a hacer que haya alguna diferencia? Vete a casa, pequeño»

El niño cogió entonces una estrella de mar y miró al anciano, y le dijo: «Señor, no se si podré hacer que haya alguna diferencia para todos estos miles de estrellas de mar. Pero estoy seguro que voy a hacer que sea diferente para esta que tengo aquí.» Y diciendo esto, caminó tranquilamente hasta la orilla y dejó a la estrella en el agua de nuevo.

3 comentarios:

  1. Nunca nos pensemos que lo que podemos hacer ante tanto sufrimiento es inutil.
    Cualquier acto de ayuda que podamos realizar, aunque sea a una sola persona, es un regalo que le hacemos a la humanidad.

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  2. Un sólo paso es suficiente para dejar huella, ¿no?
    Me encanta ese positivismo relativo. Cómo desde la insignificancia no es necesario demostrar nada más.
    Suerte!

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  3. hoy estoy un poco (mucho) sensible..llorona diria yo...
    este cuento me hizo llorar...
    es que....
    se me mueren las estrellas..(mis dias)
    he perdido las ganas de agacharme a salvar alguna...
    y seguramente es la peor decision que he tomado nunca 8y no tomo una a derechas)....


    no sé..
    tengo que pensar...

    gracias jordi

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